Política
Venezuela: Maduro arma a civiles en medio de tensión por protestas opositoras
El régimen de Nicolás Maduro entregó fusiles Kalashnikov de origen ruso a integrantes de la Milicia Bolivariana en una ceremonia en el Palacio de Miraflores. La medida busca reforzar su control en un clima de creciente tensión política, a pocos días de que se proclame presidente para un nuevo mandato cuestionado por fraude electoral.
El régimen de Nicolás Maduro entregó fusiles Kalashnikov de origen ruso a integrantes de la Milicia Bolivariana en una ceremonia en el Palacio de Miraflores. La medida busca reforzar su control en un clima de creciente tensión política, a pocos días de que se proclame presidente para un nuevo mandato cuestionado por fraude electoral.
Los rifles de asalto fueron entregados el martes 7 de enero como símbolo de lealtad al dictador, en un contexto de movilizaciones masivas convocadas por la líder opositora María Corina Machado, quien denuncia la usurpación de la victoria electoral de Edmundo González Urrutia. Este último, reconocido internacionalmente como presidente electo, permanece en el exilio tras sufrir persecución por parte del régimen chavista.
Movilizaciones y represión
Ese mismo día, agentes del régimen detuvieron a Rafael Tudares, yerno de González Urrutia, frente a sus hijos, mientras los denominados «colectivos» chavistas incrementaban su presencia en las calles. Según el ministro del Interior, Diosdado Cabello, las fuerzas chavistas aplicarán medidas severas contra quienes desafíen la autoridad de Maduro.
En Apure, el Frente de Transporte «Antonio José de Sucre», que agrupa cooperativas de motorizados, enfrenta dificultades para movilizar a sus integrantes. Durante una reunión el 6 de diciembre, José Hurtado, uno de sus dirigentes, lamentó la escasa participación, a pesar de las promesas de incentivos como combustible. «Solo asistieron dos representantes, y estamos convocados a movilizar 10 mil motos en cuatro estados», afirmó.
Presión y amenazas en busca de respaldo
Hurtado señaló que la orden de movilización proviene directamente de Nicolás Maduro y es respaldada por el Gran Polo Patriótico, Fontur y partidos aliados. Aunque inicialmente ofreció incentivos como 10 litros de combustible por participante, dejó claro que las sanciones caerán sobre quienes no cumplan. «El presidente que no asista con sus afiliados, se atiene a las consecuencias», enfatizó, reflejando el desespero del régimen por garantizar una presencia masiva en sus marchas.
Mientras tanto, en Caracas, las calles permanecen militarizadas. Solo agentes de cuerpos represivos como la DGCIM y el SEBIN están armados, mientras la tensión crece con cada día que se acerca la proclamación de Maduro, rodeada de denuncias de fraude y resistencia popular.