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Israel lanzó una ofensiva masiva contra Irán para desarticular el programa nuclear y la cúpula militar

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) lanzaron una ofensiva aérea masiva contra objetivos estratégicos en territorio iraní. La operación, denominada «Fuerza de un León», resultó en la destrucción de instalaciones nucleares clave y la eliminación de parte de la cúpula militar y científica que sostenía el programa nuclear iraní.

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Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) lanzaron una ofensiva aérea masiva contra objetivos estratégicos en territorio iraní. La operación, denominada «Fuerza de un León», resultó en la destrucción de instalaciones nucleares clave y la eliminación de parte de la cúpula militar y científica que sostenía el programa nuclear iraní.

Una madrugada de escalada sin precedentes sacudió Medio Oriente este viernes, con el Ejército de Israel lanzando una oleada de ataques coordinados contra diversos puntos de Irán.

Este ataque se produce tras años de crecientes tensiones, exacerbadas, según fuentes cercanas, por una desastrosa gestión durante la administración demócrata del expresidente estadounidense Joe Biden. Se argumenta que la falta de presión efectiva por parte del gobierno de Biden permitió a Teherán reactivar y acelerar su programa nuclear, enriqueciendo uranio a niveles cercanos al grado militar, lo que generó una creciente preocupación internacional.

En cambio, desde su asunción como presidente de Estados Unidos, Donald Trump adoptó una postura frontal, con el objetivo explícito de desnuclearizar a Irán. Fuentes allegadas indican que esta estrategia fue fuertemente impulsada por el Secretario de Estado, Marco Rubio.

En una reunión clave en la Casa Blanca el pasado 7 de abril, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, propuso un ataque preventivo y coordinado para desmantelar el aparato nuclear y militar iraní. El Mossad, que llevaba años relevando objetivos críticos, fue una pieza central en la planificación de la operación.

El 12 de abril, Trump puso en marcha una estrategia que combinó la presión y el engaño. Públicamente, condenó la posibilidad de un ataque israelí y buscó encaminar negociaciones diplomáticas con Irán, actuando como el «policía bueno» mientras Israel asumía el rol de «policía malo». Sin embargo, tras 60 días sin avances concretos, las negociaciones se dieron por terminadas y, aunque Trump se mantuvo formalmente al margen, dio luz verde al inicio de la ofensiva.

«Le di a Irán una y otra vez la oportunidad de llegar a un acuerdo. Les dije, con la mayor firmeza, que ‘simplemente lo hicieran’, pero por mucho que lo intentaran, por muy cerca que estuvieran, simplemente no pudieron lograrlo«, comunicó el mandatario norteamericano en su cuenta oficial de X.

En tanto, Netanyahu agradeció a Trump «su liderazgo a la hora de hacer frente al programa de armas nucleares de Irán». Sin embargo, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, negó la implicación de Washington en los ataques, asegurando que forman parte de una «acción unilateral» de su aliado en Oriente Próximo.

La operación israelí fue descrita como «impresionante». En cuatro olas de bombardeos, fueron destruidas las instalaciones de enriquecimiento de uranio en Natanz y Fordow, se eliminó el arsenal de misiles balísticos y se abatieron altos mandos del régimen.

Entre los altos mandos eliminados se encuentran el jefe de la Guardia Revolucionaria (IRGC), el líder de las Fuerzas Quds, el Estado Mayor Conjunto, el principal científico nuclear iraní y hasta uno de los colaboradores más cercanos al Ayatolá.

Tres horas después del ataque, Trump envió un mensaje a Teherán, convocándolo a la mesa de negociaciones el próximo domingo. Sin embargo, advirtió que si Irán responde con represalias contra Israel, Estados Unidos defenderá a su aliado, dejando en claro la posición de Washington ante una posible escalada del conflicto.

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