Política
Sáenz apuntó contra Cristina y se profundizan las internas K: “No nos van a decir qué hacer”
El gobernador de Salta responsabilizó a Cristina Fernández de Kirchner por la derrota y desató un nuevo capítulo de tensiones con Kicillof y La Cámpora.
El gobernador de Salta responsabilizó a Cristina Fernández de Kirchner por la derrota y desató un nuevo capítulo de tensiones con Kicillof y La Cámpora.
La derrota electoral del peronismo encendió una nueva crisis interna. Gobernadores, intendentes y referentes del espacio culparon directamente a Cristina Fernández de Kirchner por haber intervenido el Partido Justicialista y concentrar el poder en el núcleo de La Cámpora.
El primero en romper el silencio fue el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, quien lanzó un mensaje contundente en la red X:
“Sra. Cristina, usted intervino los PJ de Salta, Jujuy y Misiones para poner a dedo candidatos de La Cámpora funcionales a usted y a su hijo. El PJ no es una pyme familiar.”
En otro posteo agregó:
“Lo que pasó el domingo en el país es su responsabilidad.”
Sáenz profundizó sus críticas durante un acto en su provincia y advirtió:
“Intervino el partido, perdió en las provinciales y ahora se quedó sin nada en las nacionales. No nos van a decir qué hacer.”
El mensaje fue interpretado como una rebelión abierta de los gobernadores del norte, quienes acusan a Cristina de desmantelar las estructuras locales para imponer candidatos sin arraigo territorial.
La fractura también se hizo visible en la provincia de Buenos Aires. Durante su discurso post electoral, Axel Kicillof agradeció “a los intendentes bonaerenses por el trabajo territorial”, una frase que generó malestar en Máximo Kirchner, líder de La Cámpora.
Las cámaras captaron el gesto del diputado: ceño fruncido, brazos cruzados y una expresión de evidente incomodidad, una imagen que se viralizó y confirmó la distancia política entre ambos sectores.
En el peronismo reconocen que la crisis ya es inocultable. Los gobernadores responsabilizan a Cristina por la intervención partidaria; La Cámpora acusa a Kicillof por haber desdoblado las elecciones; y los intendentes se mueven para quedarse con el control del PJ bonaerense.
Sin liderazgo claro ni recursos, el kirchnerismo enfrenta su mayor fractura desde 2015. La figura de Cristina —aislada y con poder menguante—, el desgaste de Kicillof y la falta de conducción de Máximo Kirchner dejan a la coalición sumida en una guerra interna sin horizonte común.